miércoles, 10 de octubre de 2007

Manuel

Soledad se encontraba en el desván, contemplando el silencio en los ojos de Manuel.
Un suspiro la interrumpe, se sonríe, se levanta y se dirige a la cocina a preparar algo para comer. Claro solo para ella pues deduce que el no querrá nada. Y como no, aún estaba impresionado, después de haber visto la caravana que acompañaba el cuerpo de su mujer.
El era un afamado productor, llevaba diez años de matrimonio cuando conoció a Soledad, hermosa quiromántica que con sus encantos logró conquistar su corazón.
Tenía sentimientos encontrados, algo pasaba en su interior.
Soledad se acerca, lo interrumpe en su meditación y lo invita a dormir.
De pronto ve en el espejo pasar su vida, desde el momento de su concepción hasta su muerte.
Recordó las deliciosas tartas con crema pastelera que preparaba su madre mientas cantaba; también aquella vez que el perro atacó a su hermano rasgándole por suerte solo el pantalón.
Y la vez que su madre sirvió chilaquiles, para la celebración del cumpleaños numero quince. Y cuando trabajo en la confitería, para pasear con Marina quien fue su esposa por tantos años.
Recordó también, el milagro del nacimiento de su primera hija, y luego el de Joaquín; este ultimo angelito que no pudo vencer a el minutero que marcaba su muerte.
Recordó a la vida con su simpleza, con su grata hermosura, el vuelo de la libélula sobre las aguas calmas del estero.
Vio cuando quedo inerme ante los encantos de su querida Soledad.
Algo lo interrumpe, ya no ve nada. Se desmaya y cae de la cama. Soledad intenta reanimarlo pero nada lo hará volver. Ha recobrado el conocimiento esta lucido se encuentra tranquilo, solo quiere abrazar a soledad, pero aún no se ha dado cuenta que yace hace mas de cinco años en su cárcava.

1 comentario:

EL TURCO dijo...

buena LUNATIK
es tuyo verdad?
ta bueno es como una historia
saludos pasa por mi blogs

xauuuu